El Ayuntamiento de Pamplona edita un libro sobre el Plazaola, el ferrocarril de vía estrecha que unió durante 40 años Pamplona con San Sebastián

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Juan José Martinena escribe en conmemoración de los 100 años del primer viaje de un tren presente en la configuración de la ciudad

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“El ferrocarril del Plazaola. Un tren casi legendario que unió Pamplona con San Sebastián 1914-1953” es el título de la última publicación del Ayuntamiento de Pamplona que han presentado esta mañana el alcalde, Enrique Maya, junto con su autor, Juan José Martinena Ruiz, doctor en Historia y antiguo director del Archivo General de Navarra.

El día 20 de este pasado mes de enero se cumplió un siglo del primer viaje que realizó este esforzado ferrocarril de vía estrecha que durante cuatro décadas conectó Pamplona con San Sebastián, haciendo posible el transporte de viajeros y mercancías, y cuyo trazado atravesaba una Pamplona, inicialmente con 30.000 habitantes. Hoy no queda rastro físico de sus raíles pero sí de su trayecto original en la trama urbana que se gestó durante el siglo XX.

El Consistorio ha editado, con carácter conmemorativo, 754 ejemplares de este libro que en 159 páginas recoge fotografías –algunas del Archivo Municipal de Pamplona-, planos, esquemas, artículos periodísticos y, sobre todo, una gran cantidad de información elaborada por Martinena, prologada por el periodista José Miguel Iriberri y presentada por el alcalde Enrique Maya.

Este volumen divulgativo estará a la venta en librerías al precio de 12 euros. La publicación responde al objetivo municipal, en este caso desde el Área de Cultura, de realizar a lo largo del año diversas publicaciones sobre contenidos artísticos, históricos, patrimoniales o culturales de interés general para la ciudad. Se trata, en definitiva, de dar a conocer en clave divulgativa la historia y el patrimonio ciudad.

Hierro, viajeros y soldados

El embrión de una línea férrea directa entre Pamplona y San Sebastián data de 1893. Como sucede en gran parte del Norte de España, el tren de vía estrecha en sus orígenes estaba asociado a la minería, concretamente al mineral de hierro de las Minas de Plazaola (Berástegui) y, en este caso, también a la explotación forestal. No en vano el siglo XIX es el del ferrocarril ligado en Europa a la Revolución Industrial.

Hasta 1904 este tren, que circulaba entre Plazaola y Andoáin, no obtendría autorización para trasportar viajeros, en un trayecto que cubría entre 20 y 22 kilómetros. Pero, cuenta Juan José Martinena, que el nuevo tren que tomó de él su origen y de cuyo viaje inaugural se conmemoran ahora 100 años no se configuró como tal hasta 1914, tras la obtención de las nuevas concesiones ferroviarias y después de tres años de obras. Contaba entonces con siete locomotoras a vapor, de procedencia alemana, con vagones fabricados en Beasáin, y aspiraba a unir Pamplona con Lasarte a través de Irurtzun Lecumberri y Leiza. De Lasarte a la capital guipuzcoana la conexión se haría a través de los Ferrocarriles Vascongados.

El trayecto hasta Lasarte, de 84,1 kilómetros, salvaba ríos, arroyos y barrancos a través de 37 puentes y 67 túneles. Había tres trenes de viajeros en cada sentido y en aquel momento el billete de primera costaba 14,30 pesetas y el de tercera algo menos de la mitad: 7,10. Estas obras públicas identificaron su trazado hacia el exterior, pero el recorrido del tren dentro de Pamplona también estructuró, como aún se puede apreciar en distintos lugares, la evolución urbana de la ciudad.

La primera estación estaba donde actualmente se levantan las sedes de los sindicatos UGT y CCOO. Tras el derribo de las murallas en 1921 y el desarrollo del Segundo Ensanche, se vio la necesidad de trasladarla a Conde Oliveto. En 1929 comenzarían a usarse automóviles  diesel de fabricación inglesa y durante la Guerra Civil fue un transporte estratégico para el traslado de tropas y material militar, y el personal de la línea fue militarizado por el ejercito de Franco. El texto del historiador recoge cómo, en todo caso, desde 1927 la creciente competencia de las empresas de autobuses para viajeros y las de camiones para las mercancías, todo ello por carretera, haría declinar esos pequeños trenes como el Plazaola, el Irati, el Tarazonica o el del Bidasoa, que acabaron desapareciendo en los años 50 y 60. Hoy son, casi todos, paseos “verdes” para los excursionistas, plagados de historia.

De como el tren configuró y configurá hoy Pamplona

El tren estaba ligado a las ciudades “cabecera”, prueba de ello es que el folleto publicitario de lanzamiento del verano de su primer año de funcionamiento, incluía de forma resumida el programa de Fiestas de San Fermín y el de las Fiestas de San Sebastián. Pero más allá de la gestión y la promoción comercial de la línea, el libro hoy presentado recoge cómo el tren condicionó el desarrollo urbano de Pamplona de una manera aún perceptible.

En la primera mitad del siglo XX Pamplona acogió en su trama urbana al Plazaola. Hoy está presente en el trazado de la calle Bernardino Tirapu, la recta por donde el Plazaola salía-entraba en la ciudad. El tren salvaba el Arga por el Puente de Trinitarios, atravesaba el túnel de trinitarios bajo la carretera de Guipúzcoa y subía paralelo a la Cuesta de la Reina, casi al pie del baluarte de Gonzaga y el mirador de la Taconera. De ahí el ferrocarril rodeaba lo que hoy es el barrio de San Juan, hasta enlazar con la avenida de Sancho el Fuerte, por cuya curva giraba hacia la actual Plaza de la Paz y la estación de Conde Oliveto.

En 1945 su trazado colisionaba con el diseño del llamado Tercer Ensanche, por lo que algunos llegaron a valorar su soterramiento, aunque el Colegio de Arquitectos –por ejemplo- abogaba por su supresión. El declive del tren como modelo de negocio y las necesidades de la ciudad creciente de urbanizar los actuales barrios de San Juan e Iturrama influyeron en el hecho de que en 1953 se acabara el Plazaola. Pero lo que realmente precipitó su cierre fueron las inundaciones de octubre de ese año. Los raíles permanecerían hasta el 59.

El autor: Juan José Martinena

Juan José Martinena Ruiz, nacido en Pamplona en 1949, es Licenciado y Doctor en Historia por la Universidad de Navarra (UN). Antiguo director del Archivo Real y General de Navarra, hasta su jubilación en 2010, ha sido muchos años profesor asociado del Departamento de Historia de la UN y Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la Academia Americana de Heráldica y Genealogía, además de Miembro fundador de la Sociedad de Estudios Históricos de Navarra (SEHN).

Autor de más de veinte libros sobre historia de Pamplona y de Navarra, varios de ellos –dedicados a los castillos y fortificaciones, preside la Junta de Navarra de la Asociación Española de Amigos de los Castillos y es coautor de distintas obras colectivas y articulista habitual en la prensa local. Entre sus galardones cuenta con la Medalla de Plata de la Asociación Española de Amigos de los Castillos; la Medalla de Plata de la Universidad de Navarra y el Premio “Gallico de Oro” de la Sociedad Napardi, entre otros.

En 1998 Martinena realizó otra incursión monográfica en este tema con su libro ‘Navarra y el tren’.

Libro ‘El ferrocarril del Plazaola’

  • Titulo: “El ferrocarril del Plazaola. Un tren casi legendario que unió Pamplona con San Sebastián 1914-1953”
  • Autor: Juan José Martinena Ruiz
  • Contenido: el autor recoge todo tipo de informaciones sobre este tren de vía estrecha a través de vivencias personales, fotografías, planos, esquemas, artículos periodísticos y otras fuentes
  • Características: 159 páginas; 165×240 mm con cubiertas e interior de papel estucado mate. Encuadernación rústica de hilo cosido y con solapas
  • Edición: Sahats Servicios Editoriales para el Ayuntamiento de Pamplona
  • Tirada: 754 ejemplares
  • Publicación: febrero de 2014
  • Precio de venta: 12 euros

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